Vale la pena nivelar las Rocky Mountains

Los tipos están en mínimos históricos

Porqué los inversores y analistas hablan tanto de los tipos de interés? Qué tienen que ver con el mundo bursátil? Acaso el que sean altos o bajos tienen que ver con el éxito de una empresa?

En su blog, Ben Bernanke ha estado publicando una serie de artículos sobre el porqué están tan bajos los tipos de interés.

En una serie de cuatro entradas en su blog, lectura que recomendamos, nos da una interesantísima exposición.

En la primera, nos viene a decir que el (mal) estado actual de la economía (y no la Fed o el BCE) es la explicación última del (bajo) interés real (a menudo en tasas negativas en estos años). Recordemos que una tasa negativa implica no tener estímulo al ahorro.

En la segunda nos recuerda los tres objetivos más importantes de la política económica: el pleno empleo, mantener la inflación baja y estable y mantener la estabilidad financiera. Nos justifica lo difícil que es combinar las tres especialmente en una situación de «estancamiento secular». El quid de la cuestión es si realmente la reciente estancación es secular o temporal.

Esto lo intenta aclarar en el tercer artículo sobre el tema. En cierta manera asocia la idea de la estancación secular con la de la abundancia del ahorro. La abundancia de ahorros vendría generada por, países como China, otros países emergentes asiáticos, y países productores de petróleo, y este exceso en frente de un menor deseo para invertir, estaría también en la base de los bajos intereses actuales. Se muestra esperanzado que si los desequilibrios en las balanzas comerciales y de capital se moderan debería recuperarse una cierta tendencia a la alza de los tipos de interés globales. Para que esto sea posible la comunidad internacional debería trabajar para encontrar un sistema que permita equilibrar mejor las balanzas comerciales y de capitales.

En la cuarta y última parte, introduce como otra causa de distorsión la poca diferencia entre intereses a corto y largo plazo, o lo que se llama técnicamente  la prima de duración. Dicho de otra forma, hay siempre un diferencial entre los tipos a largo plazo (más altos) versus los tipos a corto plazo. Esta prima está también inusualmente baja, e incluso en ciertos momentos en negativo debido a: la baja preocupación por la inflación, la baja incertidumbre en la evolución de los tipos, y una alta demanda por activos líquidos seguros.

En definitiva no hay una única explicación definitiva, más que las explicaciones parciales que hemos ido apuntando. Lo que sí que se parece adivinar, es que a pesar de que en Estados Unidos los tipos probablemente subirán en Otoño del 2015 o a finales del año, la persistencia en tipos históricamente bajos parece asegurada para un largo periodo. La subida de tipos en Europa aún tardará más en llegar, ya que en el viejo continente aún estamos en la fase previa de relajación monetaria.

Pero  todo esto no contesta las preguntas que nos hacíamos al principio.

La respuesta nos la da el mismo Ben cuando usa en uno de sus «posts» una frase que nos parece bastante ilustrativa:

«….. at a negative (or even zero) interest rate, it would pay to level the Rocky Mountains to save even the small amount of fuel expended by trains and cars that currently must climb steep grades.»

Cuanto más bajos sean los tipos más se estimula la iniciativa empresarial y la inversión: parafraseando a Ben, compensaría nivelar una cadena montañosa como las «Rockies» ( con una longitud de 4.800 km) aunque el beneficio fuera pequeño. A un coste negativo o cero del dinero cualquier inversión es rentable.

Por lo tanto el efecto de los tipos bajos ayuda a que las empresas tengan un estímulo mayor a buscar nuevas iniciativas. Matemáticamente con tasas negativas (o tasa cero) cualquier inversión, por pequeño que sea el beneficio, dará una tasa de retorno a la inversión, positiva.

Este mismo efecto es el que hace que los ahorradores (frente a la  rentabilidad nula o baja en depósitos y bonos) se muevan hacia inversiones más arriesgadas en busca de la rentabilidad, estimulando la renta variable o la inversión inmobiliaria.

Hoy en día, debido a la posible subida de tipos en EEUU, hay cierto medio a una caída de la bolsa. Pero de igual manera que los tipos bajos son un estímulo a la inversión, estos no son una condición sine qua non para el éxito empresarial. Los empresarios y empresas exitosas pueden seguir generando valor si consiguen buenos productos o altas ventajas competitivas. Sin menospreciar el efecto que puede tener una subida de tipos (aunque moderada) para el inversor a largo plazo no cambiará el valor de las empresas: sea cual sea la metodología que use, el valor presente de las ganancias futuras, dividendos o cash flow, serán los mismos sea cual sea el tipo de interés.

El éxito en la inversión está en encontrar esas empresas que marcan diferencias, invertir en ellas y sentarse a ver como nos reportan suculentos retornos.

Descubrir y comprar grandes negocios siempre será una buena alternativa: mientras, ya en muchos bancos, nos «ofrecen» tasas 0% en depósitos a plazo. Es muy probable que la Fed haga antes de final de año un par de subidas, pero el entorno de intereses extremadamente bajos seguirá durante un largo periodo de tiempo, y la inversión en renta variable seguirá  comparándose favorablemente enfrente de lo que nos puede ofrecer la renta fija. Una óptima combinación de renta variable y renta fija es la mejor receta para construir carteras diversificadas con bajo riesgo. La construcción de carteras eficientes, es una muy buena opción ante posibles y probables incrementos de volatilidad: aunque seguimos pensando que para obtener retornos en los mercados lo mejor es perder el miedo a ellos.

El ahorrador que decide empezar su andadura en el mundo de la inversión debe saber priorizar sus decisiones, antes de empezar a invertir. En paralelo también debe aprender a conocer y medir su tolerancia al riesgo.